EXPOSICIÓN TEMPORAL: “TIERRAS MINERAS DE CASTILLA Y LEÓN (I)”

TIERRAS MINERAS DE CASTILLA Y LEON (I) – SABERO & BARRUELO DE SANTULLAN

Castilla y León ha sido a lo largo del último siglo y medio una de las principales regiones carboneras de España.

Las provincias de León, Palencia y en menor medida Burgos han tenido en el carbón su principal fuente de riqueza. Grandes zonas del norte de estos territorios vieron como su paisaje natural y humano cambiaba radicalmente con el descubrimiento en su subsuelo de esta roca negra que trajo el progreso a buena parte del país.

La fiebre carbonera se extendió rápidamente por estas tierras que se llenaron de bocaminas, chamizos, castilletes, planos inclinados, lavaderos, vías de ferrocarril, estaciones de tren, hospitalillos, economatos, y cientos de nuevas viviendas que acogieron a los miles de trabajadores que llegaron de toda España y del extranjero para unir su destino al bienestar que prometía el nuevo milagro negro.

Las pequeñas aldeas agrícolas y ganaderas, vieron multiplicada su población de forma exponencial, ocupando todo el espacio disponible a su alrededor y marginando las antiguas actividades que durante siglos sostuvieron esas comunidades.

Surgieron nuevos núcleos, se crearon nuevas infraestructuras y apareció con fuerza un grupo social hasta el momento desconocido, el de los mineros. La clase obrera nacida al calor del carbón tomó cuerpo y conciencia de la dureza y las penalidades de su trabajo. Las cuencas vivieron los primeros movimientos sindicales, las huelgas, las revueltas, las revoluciones y pagaron muy caro los avances laborales y sociales conseguidos, de los que luego disfrutaron el resto de trabajadores.

Pequeños oasis de prosperidad en una España gris. Tierras mineras en las que no faltaba el trabajo, el economato donde poder comprar lo básico, la escuela en la que educar a los hijos, al menos hasta que tuviesen edad de entrar en la mina e incluso el hospital donde recalar después del accidente.

Pero también pequeños guetos donde la vida giraba en torno a quien daba empleo y la libertad individual a veces estaba supeditada a la estructura social que emanaba de las empresas y se extendía sin remedio marcando las pautas de conducta y de ocio.

Cuencas mineras que han devuelto a la tierra mucho más de lo que han sacado de ella, porque los miles de mineros muertos en el trabajo o ahogados lentamente por la silicosis, no compensaran jamás la historia irrepetible y épica de estos lugares.

Hoy todo eso yace en el olvido. El polvo negro del carbón de las escombreras es arrastrado por el viento al igual que lo es la memoria de unos lugares que aguardan en silencio el reconocimiento y el desagravio que se les debe.

Esta exposición lo quiere hacer recogiendo algunos jirones de la memoria de dos de estas Tierras Mineras, Sabero y Barruelo de Santullan. Dos lugares unidos por un mismo destino, marcados por el carbón y que comparten historias de vida que es necesario no olvidar.